En los últimos meses se ha producido un aumento significativo de solicitudes de cancelación de marcas contra entidades extranjeras por no uso en Rusia, especialmente aquellas marcas que han anunciado su retirada del mercado ruso. Esta tendencia se debe en gran medida a la dinámica geopolítica cambiante y al aumento de la competencia en el mercado, y las empresas rusas locales ahora inician más demandas por no uso de marcas.
El aumento de las solicitudes de cancelación de marcas por falta de uso refleja la relación cada vez más tensa y compleja entre las empresas extranjeras y las empresas nacionales rusas. A medida que más sociedades se disuelven o se retiran, las empresas rusas locales están aprovechando la oportunidad para hacerse cargo de negocios que antes estaban en manos de contrapartes extranjeras.
Según la ley de marcas rusa, una marca debe usarse activamente dentro de los tres años posteriores a su registro o dentro de los tres años antes de presentar una acción de cancelación por falta de uso, para evitar perder derechos. Como propietario de una marca, debe proporcionar. evidencia completa del uso real de la marca en Rusia. Para las empresas que salgan del mercado ruso en 2022, demostrar el uso de la marca para mantener la validez de sus derechos en Rusia será un gran desafío en el futuro cercano.
Entre estas marcas conocidas que se han retirado se encuentran las famosas Starbucks y Ericsson. Para estas empresas que han anunciado su retirada del mercado ruso, será más difícil defenderse de los litigios por falta de uso de marcas.
La ley de marcas rusa exige que una marca rusa pueda ser utilizada por su titular registrado o por un tercero con su consentimiento, pero para demostrar el consentimiento para su uso es necesario presentar un acuerdo de licencia, lo que aumenta la complejidad de hacer cumplir los derechos de marca. Además, se considerará inaceptable el uso de marcas mediante importaciones paralelas. Al mismo tiempo, también surgen dudas sobre si las sanciones y contrasanciones pueden justificar la no utilización de una marca.
Dado que Rusia no ha declarado oficialmente el estado de guerra, no se aplicará la norma de fuerza mayor. El resultado de los primeros litigios pendientes actualmente en Rusia determinará los principios para el registro de las marcas rusas.
